Conozcan a Alex Saab, bolichico colombiano
Lo de la corrupción en Venezuela es algo de epopeya. Mientras la oligarquía rusa (léase los hampones que devinieron en multimillonarios y multibillonarios gracias a privatizaciones de empresas estatales que adquirieron por cuatro monedas o a crédito) es conocida mundialmente, la boligarquía venezolana no lo es tanto, aun cuando los montos robados pueden competir tranquilamente en las grandes ligas mundiales de apropiación indebida de recursos públicos. Pero en ésta última investigación, he descubierto que la bonanza de nuestra corrupción se extiende a la hermana república de Colombia.